Experiencias de Familias
Cada sesión es una historia que se cruza con la nuestra. A veces entre risas, otras entre nervios… pero siempre con mucho amor.
Detrás de cada fotografía que entregamos, hay una experiencia vivida. Una mamá que llegó con su bebé dormido en brazos, una familia que se rió hasta las lágrimas mientras intentaban posar todos juntos, una pareja que se miró como si el mundo se detuviera.
Nos encanta ver cómo, con el paso de los minutos, los gestos se sueltan, las miradas se abren y todo se vuelve más genuino. Y ahí es donde ocurre la magia. Porque no se trata solo de “tomar fotos bonitas”, sino de vivir momentos reales que queden guardados.
Hemos acompañado a familias en sus primeros días con un recién nacido, en cumpleaños llenos de pastel y emoción, en tardes de juegos al aire libre, en sesiones donde los abuelos también se roban la escena. Y en todas, encontramos algo en común: el deseo profundo de detener el tiempo, aunque sea un ratito, y guardar eso que se está viviendo.
A veces las familias nos escriben después para contarnos lo que sintieron al ver sus fotos. Que se emocionaron, que no se reconocían tan lindos, que les sorprendió cómo capturamos “ese gesto que hace siempre mi hijo”, o “esa mirada que solo él entiende”. Y eso, para nosotros, es el mayor regalo.
Si tú también estás pensando en hacer una sesión, te invitamos a imaginarla como una experiencia más para compartir, para abrazar y recordar. Nosotros estaremos ahí, con la cámara lista y el corazón abierto.
✨ Gracias a cada familia que ha confiado en nosotros para contar su historia. Sus momentos también nos han transformado.